Comunica el valor que tú y tu formación online aportáis a vuestra organización
Una pregunta muy común realizada a los desarrolladores elearning es: “¿Qué valor aportas a la organización?” Aunque esta es una cuestión en la que puede encontrarse cualquier trabajador, la anécdota es que la gente del campo formativo recibe esta pregunta más frecuentemente. Como resultado, los desarrolladores elearning acostumbran a preguntarse cómo medir y demostrar el valor de su trabajo. Para ayudarte a tener una respuesta clara y convincente te contamos a continuación dos enfoques que puedes usar para vincular el valor a tu trabajo.
Contribuye al balance final
La mejor manera de mostrar el valor de tu trabajo es demostrar que tus cursos formativos online contribuyen en el balance final de la empresa. ¿Tu curso ha supuesto un aumento en las ventas? ¿Ha disminuido de errores en la línea de producción? ¿Ha supuesto un incremento en la satisfacción del cliente? Si puedes enseñar este tipo de contribución, podrás mostrar fácilmente tu valor. Por supuesto, esto plantea la pregunta: ¿Cómo se hace esto exactamente?
Para empezar, necesitas ser proactivo. Cuando te manden a crear un curso elearning, comienza a investigar la razón del curso. ¿Por qué el solicitante cree que hay la necesidad de hacer este curso? ¿En qué objetivo empresarial podría tener impacto el curso? ¿Qué cambio de actitud están tratando de obtener? ¿Hay un período de tiempo establecido para la observación y la medición de los cambios? Estas preguntas a veces te ayudarán a medir los objetivos.
Aquí tenéis un ejemplo:
Jefe: Necesito que construyas un curso para formar a nuestros electricistas a instalar el PVC9000.
Tú: Genial, ¿puedo hacerte un par de preguntas?
Jefe: Claro.
Tú: ¿Puedes darme un poco contexto acerca la razón de este curso?
Jefe: Estamos recibiendo muchas llamadas de clientes quejándose que el PCV9000 no funciona correctamente. Resulta que hay algunos errores comunes que están realizando los electricistas.
Tú: ¿Qué formación estamos ofreciendo actualmente?
Jefe: Todos los electricistas reciben un curso intensivo práctico de un día acerca el procedimiento de la instalación.
Tú: Vale, así que parece que no necesitamos repetir la misma formación sino centrarnos en los fallos específicos que están haciendo.
Jefe: Buena observación. No necesitamos perder tiempo en las cosas que ya se están realizando correctamente.
Tú: Correcto. ¿Cuáles son los errores más comunes que estás viendo?
Jefe: A ver, en realidad hay tres cosas. Están fallando al ajustar la tuerca QCR, están conectando el acoplamiento con la ranura A en vez de la B, y no están terminado su trabajo con la calidad de control de los tres pasos.
Tú: Así que si conseguimos que los electricistas hagan correctamente estás tres cosas, ¿veremos un resultado positivo?
Jefe: Sí, esto tendría que reducir la cantidad de instalaciones defectuosas un 75%.
Tú: Para resumir, conocemos los tres errores que los electricistas están haciendo, y te gustaría realizar un curso formativo dirigido a estos fallos. Si lo conseguimos, ¿tendríamos que ver una disminución del 75% en las instalaciones defectuosas?
Jefe: Eres listo.
Tú: Por eso me contrataste.
Tu objetivo general en la conversación es ajustar la finalidad del curso para así obtener un resultado específico y medible. ¿Por qué? Porque no puedes medir resultados imprecisos como “necesitamos formar a los trabajadores para que hablen agradablemente a los clientes”. Y si no puedes medir el resultado, no podrás demostrar tu valor.
En el ejemplo anterior, el objetivo del curso se podría resumir en que “las instalaciones defectuosas del PVC9000 disminuirán un 75% durante el segundo trimestre fiscal”. Tu jefe además te ha comentado los tres grandes objetivos del curso.
Después de completar el curso, el trabajador podrá:
- Ajustar correctamente la tuerca QCR.
- Conectar el acoplamiento a la ranura B en vez de la A.
- Finalizar todas las instalaciones de PVC9000 con la calidad de control de los 3 pasos.
A partir de aquí, tu diseñas el curso con actividades que conducirán a estos resultados. Cuando tu curso cambie la conducta del empleado provocará un cambio en el balance final de la empresa.
Aun así, es posible que no todos los cursos te permitan hacer este tipo de planteamiento. Por ejemplo, algunos cursos de cumplimiento son difíciles de medir. A continuación, tenéis otra forma de destacar el valor de vuestro trabajo.
Expón las ventajas económicas de la formación online
La formación online es normalmente más económica que la formación presencial. Una forma sencilla de mostrar el valor de tu formación es realizar una ficha comparativa con los dos métodos. Considera todos los elementos involucrados en una clase tradicional que evitas con la formación online. Si no tienes los números del coste a mano, puedes pedir presupuesto para hacer una estimación de lo que te saldría hacer una formación presencial.
Vamos a suponer que tienes un equipo de 50 comerciales que quieres trasladar a una ubicación central para una sesión de formación de 6 horas. Echemos un vistazo a los gastos que implican cada una de las variantes.
De ninguna manera esta es una lista exhaustiva, pero aquí tienes algunas categorías de costes para que puedas poner los precios y saques los cálculos.
Formación presencial tradicional
- Alquiler de clase (si tus instalaciones no disponen del suficiente espacio)
- Alquiler de dispositivos tecnológicos
- Refrigerios
- Comida
- Gastos de viaje
- Material impreso
- Tiempo de preparación para el formador
- Tiempo del formador
Total: ¿? €
Formación online
- Sueldo del desarrollador elearning
- Recursos (imágenes, audio)
- Proveedores (narradores, diseñadores instruccionales)
- LMS
Total: ¿? €
Puede ser que los costes finales no sean muy distintos, pero piensa que una vez tienes diseñado un curso elearning se puede enviar una y otra vez sin tener que recurrir a los costes de una formación tradicional. Adicionalmente, el elearning facilita las actualizaciones y la distribución de la formación online sea cual sea la localización del equipo.
Puedes recopilar los datos financieros para las dos formaciones y después crear una tabla para enseñar a tu jefe:
Otro método para calcular el valor, no tan común como los dos anteriores, pero que también ayuda a ilustrar el valor es: el coste de oportunidad. Digamos que el promedio de ganancias de tus representantes comerciales es de 1.000 € por día. Para poder hacer la formación presencial necesitan desplazarse. No solo tendrás el coste del vuelo, las comidas, el formador… también estarás dejando de lado las ganancias de las ventas de esos días. Así que tres días fuera de la actividad normal para que los representantes realicen una formación (dos días para viajar y uno para la formación propiamente dicha), significa que tu organización sufrirá una pérdida de dinero significativa. En cambio con un curso elearning los representantes solo estarían invirtiendo algunas horas durante un día.
Demostrar tu valor a tu empresa puede parecer un poco abrumador al principio. Cuando empezamos un nuevo proyecto, normalmente no estamos pensamos en “debería empezar a medir lo que estoy haciendo para así poder demostrar mi valor”. Pero esto es precisamente lo que deberías hacer. Siendo proactivo, haciendo las preguntas adecuadas y recogiendo la información necesaria, puedes demostrar cuán valioso eres para el equipo.
¿Te parece interesantes estos métodos para plantear el valor en tu próximo curso elearning? Déjanos un comentario en nuestro grupo de LinkedIn Articulate en Español o en nuestro Twitter.
Texto original: Articulate
Traducción y adaptación: Actua Solutions