Design Thinking: ¿qué es y por qué es importante?
Si alguna vez has acudido a una conferencia o un taller con un enfoque de diseño -instruccional, gráfico, diseño web, etc- seguramente te habrás encontrado con el término “design thinking”. En un campo donde la gran mayoría de nosotros no tiene una formación oficial de diseño, la idea de añadir estas habilidades cuando ya tienes distintas responsabilidades puede parecer como un imposible.
Pero antes de descartarlo como una tarea difícil o rechazarlo como una palabra de moda, vamos a darle una mirada más profunda para conocer qué es, por qué es importante para la formación y cómo funciona.
(Alerta de spoiler: El design thinking puede ser algo que ya estés haciendo ahora).
¿Qué es?
En pocas palabras, el design thinking es un proceso para la resolución creativa de problemas. Usar técnicas como el brainstorming o lluvia de ideas, así como otras actividades colaborativas, ayuda a que el equipo del proyecto se ponga en los zapatos del usuario para experimentar los problemas desde su perspectiva. Si todos mantenéis las ideas preconcebidas a un lado se podrá empatizar realmente con los usuarios. El proceso de pensamiento de diseño abre camino para identificar soluciones creativas que realmente se ocupan de los problemas de los usuarios de manera significativa.
Si esta explicación te parece un poco blanda, ahí va otra extraída del libro “Change by design” de Tim Brown:
“El design thinking se nutre de las capacidades que todos tenemos pero que pasamos por alto debido a las prácticas de procesos de resolución más convencionales. No está solamente centrado en las personas, es profundamente humano en sí mismo. El design thinking depende de la habilidad de ser intuitivos, reconocer patrones, construir ideas con resonancia emocional y funcionalidad, expresarse mediante medios que no sean palabras o símbolos…”
En conclusión, ¡todos tenemos la capacidad de ser design thinkers! En otras palabras, no necesitas haber cursado la carrera de diseñador o ser un genio creativo para abarcar prácticas de design thinking. Si te importa resolver problemas usando empatía y evidenciar o informar de tus decisiones, y tienes un espíritu de colaboración y experimentación, ¡tienes todo lo que hace falta para ser un design thinker!
¿Por qué es importante para la formación?
Como acabamos de ver, el design thinking trata de aplicar un enfoque centrado en el usuario para el trabajo de resolución de problemas, lo mismo que también hacen los diseñadores de cursos cuando crean la formación.
Piensa en esto: la gran mayoría de diseñadores educativos pasan sus días analizando la raíz de sus problemas de rendimiento para así centrarse en las maneras de transformar el contenido de una forma que conduzca a un mejor desempeño de tus empleados. Así que, como podemos ver, el diseño instructivo bien realizado es un proceso de design thinking.
¿Cómo funciona?
Como cualquier proceso, el design thinking también se divide en diversas fases. Aquí os dejamos con una rápida visión general de cada una de las siete partes situadas en el contexto de un proyecto de diseño instruccional de e-learning típico.
1. Definir: No puedes abordar el problema hasta que no sepas que pasa exactamente. Esta primera fase es para esto, articular el problema que se trata de resolver.
2. Buscar: Una vez hayas definido el problema, necesitas entenderlo a la perfección. Esto implica hacer una búsqueda en lugar de confiar en tus suposiciones o instintos. Para tener una buena comprensión es necesario descubrir la raíz del asunto, esto significa que quizás tengas que indagar fuera de tu campo, explorando en primera persona el entorno de tu usuario. En términos de diseño instruccional, esta fase es el corazón de la “A” de análisis en el término ADDIE (Analysis, Design, Development, Implement, and Evaluate).
Así como cualquier otra búsqueda, toma tiempo recoger y analizar toda la información. Los problemas, particularmente los de rendimiento, a menudo tienen raíces complejas que se entrelazan con cosas como la cultura de empresa, las prácticas de contratación, incorporación, la calidad del equipo, el ambiente de trabajo… la lista sigue y sigue. Seguramente no los descubrirás en un par de horas ni en pocas semanas.
Un consejo importante: No vale la pena escatimar en esta fase, de lo contrario puedes llegar a idear una solución que sea creativa pero no eficaz.
3. Diseñar: Ya has definido el problema y has acabado tu investigación. ¿Ahora qué? Si la búsqueda de tu problema apunta hacia un componente formativo, es el momento de iniciar la creación de ideas. Esta es la parte divertida, creativa y de brainstorming. Esta fase también puede implicar arrastrar gente de otros equipos para ayudarte a proyectar ideas y mantener el enfoque del usuario. Al final de esta fase, deberías tener una o dos soluciones que puedas aplicar en tu prototipo.
4. Prototipo: Una vez tengas algunas ideas en las que centrarte es hora de ponerlas a prueba, preferiblemente en usuarios reales. Para el e-learning, hacer un prototipo puede coger la forma de un simple boceto, un esquema, un guion gráfico realizado con una herramienta como Articulate Storyline.
Independientemente del prototipo que escojas, la cuestión es ver como tus ideas sostienen la realidad. Querrás cometer errores en esta fase para poder aprender de ellos y luego adaptar tus ideas para mejorarlas en un futuro prototipo.
5. Elegir. Después de probar y aprender acerca de las fortalezas y debilidades de tu solución, es el momento de escoger el diseño que vas a implementar. En otras palabras, ¡donde todo empieza a cobrar forma!
6. Implementar. Cuando ya hayas diseñado la solución y la hayas desarrollado, es hora de lanzar tu idea a la audiencia. Para la formación esto puede tomar forma de talleres dirigidos por un instructor, seminarios web, una campaña de marketing interno, un curso de e-learning en tu LMS o en tu página web, o todo lo anterior.
7. Aprender. Como la E de evaluar en las siglas de ADDIE, esta fase va acerca de evaluar los resultados, es decir, cuan bien tu solución ha atendido los problemas de tus usuarios. Para el e-learning, esto puede involucrar diversas actividades como realizar grupos de debate para obtener feedback de tus alumnos y evaluar los indicadores clave de rendimiento para comprobar si tu solución ha obtenido el impacto deseado.
Es importante aclarar que el pensamiento de diseño no es un proceso lineal. A veces, se puede volver desordenado y repetitivo mientras perfeccionas las ideas. El proceso fomenta la experimentación y la exploración de la ambigüedad como medio de crecimiento personal e innovación, pero esto no significa que todo el mundo este cómodo con ello. Si bien puede que algunas áreas del design thinking lleguen a ser más fáciles que otras, lo importante es abarcar la mentalidad de crecimiento en el núcleo del proceso.
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Texto original: Articulate
Traducción: Actua Solutions